Thursday, August 27, 2009

Esta semana quiero escribir algo sobre el uso de la tecnología en el salón de clase, basado en una experiencia del primer día de la clase. Lo que pasó ante todo consistío en la mal funcionamiento de la tecnología en el salón de la clase. La Dra. Asención no pudo acceder la computadora en el salón. Tampoco pudo uno de mis compañeros. Pero la mal funcionamiento de la tecnología no consiguió detener la clase; la clase, y por supuesto el aprendizaje, continuaba sin la computadora. Con eso la Dr. Asención nos enseño una lección fundamental de la tecnología en el salón de la clase: siempre hay que tener un “plan B.”

La tecnología puede ser una de las mejores herramientas para la enseñanza. Pero aunque puede ser algo que apoya la enseñanza en el salón de la clase, a la misma vez puede hacerle difícil también. Uno puede quedarse dependiente de la tecnología (por ejemplo, usar demasiados presentaciones “powerpoint”) y olvidarse de cómo enseñar; uno debe ser creativo e imaginar otras maneras de enseñar. Por eso, para mejorar mi enseñanza, yo mismo tengo que ramificarme y probar y aprender otras maneras de enseñar menos tecnológicas.

Sobre el tema de la tecnología en la clase tengo una cuestión fundamental que se trata de la tecnología y la teoría de enseñanza: ¿es posible reemplazar los catedráticos humanos con maestros completadamente mecanizadas? Esta semana discutimos la progresión tecnológica en el desarrollo de los programas de enseñanza de los segundos idiomas para ordenador, desde PLATO a ¿Quién es Oscar Lake? Me parece bien importante esta pregunta. ¿Deben quedarse estas herramientas nada más que herramientas, o pueden llegar al punto de enseñar sin el acompañamiento humano? Espero reflexionarme más sobre este tema durante las semanas que vienen.

Aquí, por abajo, comparto mi lección de "powerpoint" para mostrar y practicar el verbo ser: